Francesc Feliu 25/05/2024 (FeliuFins Espácio Jurídico de Derecho Sanitario)

Pedazo de sentencia la que ha caído contra Adeslas: 13 millones de euros por una negligencia en un hospital privado, el Hospital Privado de La Rosaleda en Galicia, después de que un juzgado también de Santiago les ha condenado a esta cantidad. Estoy sumamente contento por esta noticia que acabo de leer por dos razones. Primero, porque me alegro de que la condenada sea Adeslas. Es una compañía aseguradora que funciona como un banco; es una compañía con la que me tengo que enfrentar bastante a menudo. Funciona pues como una caja, como un banco: no suelta ni un euro ni que los maten, así que ahora van a tener que soltar 13 millones.

Espero que rueden cabezas en esta compañía que, insisto, funciona como un banco, porque tiene la política de llevarlo todo a juicio y de no consignar nada a nivel judicial para indemnizar a la familia. La historia que hay detrás es un verdadero drama que veo yo habitualmente en el despacho. Por eso, me alegro también por este motivo y por la familia que va a ser indemnizada justamente. Un niño actualmente de 8 años, con un retraso en una cesárea, con graves problemas psicomotores, un déficit cognitivo severo, un niño que es ciego. En definitiva, un parto que fue un auténtico drama para la madre, para el padre y evidentemente para el niño. Así que me alegro sumamente de que haya estas condenas.

¿Por qué es tan alta? Pues mirad, es tan alta porque en la sentencia lo que hace es condenarles a pagar en lo que se llama el artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro, que básicamente les mete unas castañas en concepto de intereses a las compañías aseguradoras por no hacer aquello que tienen que hacer, que es consignar el dinero o ofrecerlo a la víctima y después, en todo caso, puede incluso discutirse, a pesar de haber consignado, puede discutirse judicialmente.

Pero, como decía al principio, no paga nada Adeslas. Es un auténtico desastre como compañía aseguradora y no cumple una de sus funciones que es esta, la consignación previa. Así que me alegro por esa sentencia, me alegro muchísimo por la familia, porque indemnizaciones así, a pesar del drama que hay detrás, al menos ayudan mucho a nivel económico a estas familias que yo veo muy a menudo en el despacho y que son los peores casos que tenemos que tratar y lidiar, que son las negligencias en niños. Así que chapó por la sentencia y chapó por el juzgado.